La mayoría de las deudas se acumulan en préstamos en efectivo y tarjetas de crédito. Para evitar convertirse en deudor, es necesario ocuparse por adelantado de mitigar los riesgos. También es necesario garantizar la estabilidad financiera.
¿Cuál es el riesgo de morosidad en un préstamo?
Aumento del importe adeudado
Cuando un prestatario incumple el pago de un préstamo, el prestamista impone una penalización, intereses o todos ellos juntos. El resultado es un aumento del importe total adeudado.
Disminución de la calificación crediticia
No pagar un préstamo a tiempo afecta negativamente a la calificación crediticia. La morosidad constante dificulta la obtención de nuevos préstamos. El prestatario se ve privado de la oportunidad de refinanciar préstamos y hacer frente a la deuda.
Presión de los cobradores
El acreedor puede transferir la deuda a una agencia de cobros. Los cobradores escriben y llaman constantemente exigiendo el pago de la deuda. Esto se convierte en una fuente de estrés para el prestatario.
Pérdida de bienes
Si el préstamo estaba avalado por una garantía (como un piso o un coche), el acreedor tiene derecho a quedarse con la garantía para cubrir la deuda.
Litigios y restricciones de los agentes judiciales
Si el impago supera los 90 días, el acreedor puede acudir a los tribunales para cobrar la deuda. Según la decisión judicial, los agentes judiciales tendrán derecho a embargar cuentas y bienes, prohibir viajar al extranjero, condonar parte del salario y vender los bienes embargados. Si el prestatario no tiene dinero para pagar la deuda, se le declara en quiebra.
Primeros síntomas de dificultades financieras: identificar y resolver el problema con antelación
Reducir la reserva financiera
Tener que gastar parte de la reserva o sacar dinero de una cuenta fiduciaria es una señal. Aunque estés seguro de que recuperarás la pérdida con tu primer sueldo, tienes que analizar la situación. Has utilizado la reserva para pagar un gasto imprevisto (como la sustitución de un frigorífico roto) o para pagar facturas previstas (como los servicios públicos o el seguro anual). La primera situación es para lo que sirve un colchón financiero. El segundo caso es señal de una crisis futura.
Aumento del % de la carga crediticia
Los gastos para pagar todas las obligaciones crediticias no deben superar el 25-30% de los ingresos. Este parámetro debe vigilarse. Si los ingresos disminuyen o la carga crediticia aumenta, se pierde el equilibrio.
Impagos
Si estás pagando puntualmente tu préstamo, pero acumulas atrasos en el alquiler, es evidente que las cosas no van bien. Ocúpate de controlar tus finanzas personales el primer mes que no hayas podido pagar todas tus facturas habituales.
Mal uso de las tarjetas de crédito
Una tarjeta de crédito debe utilizarse de forma beneficiosa. Por ejemplo, para grandes compras en rebajas de temporada o para ahorrar dinero con programas de bonificación.
Aumentar los límites de crédito
Si en el pasado has llegado al límite de tu tarjeta de crédito para pequeñas cantidades y ahora necesitas un límite más alto, es un motivo para replantearte tu plan financiero y reforzar el control de tus gastos.
Cómo reducir de antemano el riesgo de deudas y otros problemas financieros
No pidas un préstamo si no tienes más dinero
Forma una reserva financiera antes de pedir un préstamo. Recuerda que la reserva financiera está pensada para situaciones de crisis y no debe gastarse hasta que el préstamo esté totalmente reembolsado.
Planifica tus finanzas
Lleva un registro de tus finanzas y planifica tus gastos con antelación. Esto te ayudará a evitar gastos innecesarios y a garantizar el pago puntual del préstamo.
Calcula con exactitud la carga de tu préstamo
Procura que el pago de tus préstamos no supere el 35-40% de tus ingresos. Calcular la carga de créditos con exactitud, sin redondear, teniendo en cuenta todos los intereses, comisiones y costes asociados, como el seguro obligatorio.
Paga un poco más por adelantado
No se trata de pagar antes de tiempo. Para evitar retrasos, paga el préstamo 2-3 días antes de la fecha de adeudo. Además, transfiere un poco más de lo necesario a la cuenta de tu préstamo para constituir una reserva de seguridad.
Resolver los problemas junto con el banco
La morosidad es un problema común para el cliente y el banco, por lo que hay que resolverlo juntos. Pueden ofrecerte unas vacaciones crediticias, una refinanciación o una revisión de las condiciones del contrato (cambio del plazo o del calendario de pagos).
No te olvides de los pagos
Programa recordatorios para las fechas de pago o establece adeudos automáticos en tu cuenta bancaria.
Pide ayuda
Si el problema va en aumento y no puedes solucionarlo tú solo, subcontrata la gestión del crédito y las finanzas personales a un profesional para que pueda resolver el problema con el mínimo trastorno.