¿Le ofrecen una tasa de interés bajo o nulo? ¡No se apresure a aceptar! En el artículo te contamos qué trampas psicológicas existen y cómo no aceptar préstamos sin una necesidad urgente.
Cómo la gente se vuelve adicta a los préstamos
Las técnicas de marketing utilizadas en los préstamos entrañan un peligro real para tu presupuesto. Pero las técnicas funcionan, y una persona comienza una vida de deudas que le lleva a la bancarrota total. Entonces, ¿qué hacen los bancos y las organizaciones de microfinanciación para atraer clientes?
- Tasa de interés bajo. A pesar de la prohibición de las comisiones ocultas, todavía ocurren, pero se llaman de otra manera. Y nadie canceló pagos adicionales. Así que estudiar cuidadosamente todos los términos del contrato de préstamo.
- Dinero rápido. Las organizaciones financieras ofrecen accesibilidad y requisitos mínimos. Aquí puede haber altas tasas y condiciones estrictas de reembolso.
- Préstamos “cero inicial”. Se ofrecen tasas “cero” durante un periodo determinado. Las condiciones son tentadoras, pero después del “periodo” de gracia los intereses del préstamo pueden subir bruscamente.
- Pagos mínimos. Sí, te ofrecen pequeños pagos de capital cada mes, pero al final del plazo, los intereses se acumularán y será difícil pagarlos.
- Promociones. Se ofrecen descuentos, bonificaciones y condiciones especiales. Pero a menudo la llamativa publicidad esconde costes y restricciones adicionales. Lea siempre la letra pequeña y tenga en cuenta las consecuencias a largo plazo de tales ofertas.
También están las tarjetas de crédito, con las que resulta cómodo pagar, pero que pueden convertirse en una fuente de carga de deudas debido a las altas tasas de interés y las penalizaciones por impago.
La tecnología moderna hace que sea fácil y rápido solicitar un préstamo en línea. Esto crea la ilusión de que los préstamos están disponibles para todo el mundo en todo momento. Sin embargo, la “fácil accesibilidad” no debe significar una actitud irresponsable ante los fondos prestados.
Antes de solicitarlo, evalúe cuidadosamente sus opciones y su necesidad de ese dinero.
Cómo se llega a la adicción a las deudas
La adicción al crédito es una condición en la que una persona no puede controlar su necesidad de dinero prestado, solicitando regularmente préstamos incluso cuando no los necesita. Esto puede acarrear graves consecuencias económicas y psicológicas.
La necesidad de pedir préstamos continuamente
Una persona adicta solicita constantemente nuevos préstamos, aunque ya tenga varios en vigor. Esto se debe al deseo de mantener un alto nivel de consumo o de saldar deudas anteriores.
Sensación de satisfacción
Pedir un préstamo y conseguir dinero nuevo produce una sensación de satisfacción y alegría, lo que aumenta la adicción. La persona se alegra de tener la cantidad de dinero adecuada y de que ahora podrá comprar las cosas que desea. Olvida que se trata de fondos “temporales”. Y no piensa en cómo deshacerse del préstamo.
Préstamos secretos
Una persona adicta puede ocultar sus deudas a familiares y amigos para evitar juicios y críticas. Esto provoca el deterioro de las relaciones con los seres queridos y aumenta el sentimiento de soledad. El miedo a que los demás descubran la verdadera situación financiera es uno de los signos de adicción. La persona evita hablar de su situación económica y, en general, evita comunicarse sobre este tema.
Incapacidad para renunciar
Una persona adicta no puede rechazar un préstamo, aunque se dé cuenta de que esto agravará su situación. El deseo de pedir un nuevo préstamo se vuelve irresistible.
Cambio de comportamiento
Un prestatario dependiente realiza compras impulsivas y no piensa en las consecuencias. Esto conduce a un rápido aumento de la carga de la deuda. La persona deja de controlar sus gastos y de planificar su presupuesto.
Si una persona tiene muchas deudas, está constantemente en estado de estrés. No puede dormir bien, y entonces encuentra una solución: pedir un nuevo préstamo para pagar las deudas.
Cómo dejar de pedir préstamos
- La primera forma es no pedirlos. Pero para ello, tiene que confesarse a sí mismo su adicción a las deudas. Si estás de acuerdo en que existe un problema y estás dispuesto a resolverlo, empieza a actuar. Intenta averiguar cómo vivir sin préstamos.
- Elabora un plan de amortización. Si reembolsas primero el mayor, los intereses no aumentarán. Y reembolsar los más pequeños te dará más tranquilidad.
- Optimiza tus gastos, prepárate para una vida menos “rica”.Desconecta los correos de pago innecesarios, compra sólo lo que realmente necesites.
- No te desvíes del plan, ten paciencia, y entonces se acabará la “vida a crédito”.
Después de pagar su deuda, intente seguir planificando su presupuesto, aprenda a ahorrar dinero. Ahorra dinero para los gastos más importantes: sanidad, matrículas escolares, compra de una vivienda. Y acumula tu “colchón de seguridad” económico.